Sin escape

Decenas de millones de personas desarraigadas a causa del conflicto y la violencia se encuentran cada vez más desamparadas ante los devastadores efectos de la crisis climática global.

12 nov. 2024 - También disponible en: English

El número de personas desplazadas en el mundo nunca había sido tan elevado. En los últimos 10 años, casi se ha duplicado hasta superar los 120 millones. Aunque la violencia y el conflicto siguen siendo las principales causas de desplazamiento, el impacto del cambio climático es inmenso y cada vez mayor. En la actualidad, unos 90 millones de personas desplazadas por la fuerza viven en países con una exposición de alta a extrema a los peligros relacionados con el clima, y casi la mitad de todas las personas desplazadas por la fuerza padecen la carga tanto de los conflictos como de los efectos adversos del cambio climático. A medida que los peligros relacionados con el clima se intensifiquen en las próximas décadas, esta cifra aumentará considerablemente. Para 2040, se espera que el número de países que se enfrentan a peligros extremos relacionados con el clima aumente de los tres actuales a 65, de los cuales la gran mayoría acogen a poblaciones desplazadas.

El mapa muestra una división del mundo en cinco categorías que indican el grado en que los múltiples peligros climáticos están afectando a las distintas regiones en la actualidad. También muestra la ubicación de las poblaciones desplazadas por la fuerza y los países con muertes relacionadas con el conflicto.

Peligros relacionados con el clima
BajoModeradoAltoGraveExtremo
Población desplazada por la fuerza

Este segundo mapa utiliza las mismas categorías para prever los efectos del cambio climático en todo el mundo en 2040. Muchos más lugares estarán expuestos a peligros climáticos graves o extremos, incluidas las zonas que albergan a la mayoría de las personas desplazadas por la fuerza en el mundo.

Peligros relacionados con el clima
BajoModeradoAltoGraveExtremo

Ningún lugar seguro

Las personas desplazadas por la fuerza se encuentran cada vez más sin vías de escape, ya que los efectos del cambio climático no solo vuelven inhabitables sus lugares de origen, sino que también amenazan sus destinos. En 2023, 45 países informaron de desplazamientos vinculados al conflicto, de los cuales 42 también informaron de desplazamientos por catástrofes.

A finales de octubre de 2024, el agua de un río cercano comenzó a subir alrededor del centro de refugiados de Guilmey, en Chad, que alberga a personas refugiadas que huyeron de la violencia en el norte de Camerún, desencadenada por la escasez de tierra y agua como consecuencia del clima. ©ACNUR/Andrew McConnell
BajoModeradoAltoGraveExtremoVenezuelaAfganistánRep. ÁrabeSiriaUcraniaSudán delSurSudánMyanmarRep. Dem.del CongoSomaliaRep.Centroafricana

Aquí se muestran los 10 países de los que han huido más personas refugiadas. En conjunto, unos 35 millones han huido de estos países para buscar asilo en otros lugares.

Las burbujas representan el número de personas refugiadas en cada país de asilo.

Cuando clasificamos estos países de asilo por zonas de riesgo climático, podemos ver que un gran número de personas refugiadas han huido a países clasificados como expuestos a riesgos climáticos elevados o graves.

Los países de origen, que se muestran a la izquierda, también se clasifican por amenazas climáticas.

La crisis climática está llevando a poblaciones ya vulnerables de un peligro a otro. Por ejemplo: más de 700.000 personas refugiadas han huido de Sudán a Chad, un país que se enfrenta a graves amenazas naturales, como lluvias torrenciales e inundaciones.

Procedentes de uno de los países más vulnerables al clima, el 72 por ciento de las personas desplazadas internacionalmente de Myanmar, incluidos la población refugiada registrada y las personas solicitantes de asilo, se encuentran ahora en Bangladesh, donde los peligros naturales se clasifican como extremos.

De manera similar, el 86 por ciento de los afganos desplazados internacionalmente, refugiados y solicitantes de asilo, han buscado refugio en Irán y Pakistán, países ambos afectados por riesgos climáticos aún mayores que los de su país de origen.

La situación no hará sino empeorar. Podemos cambiar el gráfico para que muestre la clase de riesgo climático prevista para cada país en 2040, cuando la gran mayoría de los países de asilo estarán clasificados como expuestos a riesgos climáticos altos, graves o extremos.

También se prevé que la clase de peligro climático para los países de origen empeore.

Del conflicto a la catástrofe

Bahadur Khan, refugiado afgano de 60 años, ha sido desplazado tres veces: primero por la guerra y dos veces por inundaciones catastróficas. La familia huyó de la guerra civil de Afganistán a principios de la década de 1990, y después de las fuertes inundaciones provocadas por las lluvias monzónicas de Pakistán en 2010 y 2022. En el desplazamiento más reciente, la crecida del río Kabul en la provincia paquistaní de Khyber Pakhtunkhwa arrasó su casa y sus pertenencias en cuestión de minutos, dejando a Khan luchando por encontrar comida y agua potable, y preguntándose cómo iba a mantener a sus hijos.

“Aquella noche fue inolvidable, porque nuestra casa se inundó en cuestión de minutos. No tuvimos otra opción que irnos inmediatamente”, señaló.

El refugiado afgano Bahadur Khan y su familia solo tuvieron unos minutos para huir de su casa en la provincia noroccidental paquistaní de Khyber Pakhtunkhwa antes de que fuera arrasada por las inundaciones. ©USMANGHANI.ORG

Pérdidas sobre pérdidas

El ciclón Mocha, la tormenta más grave que ha azotado a Myanmar en años causó una destrucción generalizada en la costa del estado de Rakhine en mayo de 2023. Rakhine ya albergaba a más de 228.000 personas que se vieron forzadas a abandonar sus hogares a causa de la violencia, entre ellas casi 160.000 de etnia rohingya, que viven hacinadas en campamentos desde 2012. Ma Phyu Ma y su familia, personas desplazadas internas rohingyas, perdieron casi todo lo que tenían a causa de la tormenta, lo que dejó a su familia con poca protección en la temporada de los monzones de verano.

“Cada pequeña cosa perdida era preciosa para mí”, contó. “Para empezar, teníamos muy poco. La cabaña era nuestro resguardo. El bote y las redes nos permitían pescar. La ropa era mi fuente de ingresos. Es doloroso para mí perderlo todo”.

Ma Phyu Ma, una desplazada interna rohingya de 37 años, entre los escombros que dejó el ciclón Mocha en su aldea. ©ACNUR/Reuben Lim Wende

Calor peligroso

Se prevé que la mayoría de los campamentos de refugiados y asentamientos soporten el doble de días de calor extremo. Entre 2007 y 2016, 108 campamentos y asentamientos en Eritrea, Etiopía, Yibuti y Senegal experimentaron 100 días o más de calor peligroso.

Promedio de días de calor peligroso, por año (2007-2016)
0 días 1-14 días15-29 días30-99 días>=100 días
Con las tendencias actuales, se espera que este número aumente a 614 campamentos en 2050, y que los 10 lugares más calurosos experimenten 74 días más de calor peligroso.

Promedio de días de calor peligroso, por año (2007-2016)
0 días 1-14 días15-29 días30-99 días>=100 días

Un círculo vicioso

La mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos puede intensificar las causas profundas de los conflictos y la inestabilidad. En las zonas frágiles y afectadas por conflictos, las inundaciones y las sequías pueden aumentar las tensiones entre las poblaciones desplazadas y las comunidades de acogida al reducir la disponibilidad de recursos naturales como el agua dulce y las tierras productivas, lo que puede desencadenar nuevos conflictos y desplazamientos, creando así un círculo vicioso.

Mimi Kiva, de 47 años, en el campamento de Ichwa, en el estado nigeriano de Benue, adonde huyó en 2021 después de que unos hombres armados asesinaran a su esposo y a su hija, y la expulsaran a ella y a otros pobladores de sus tierras. Los enfrentamientos entre comunidades del estado de Benue por la escasez de tierras productivas han desplazado a medio millón de personas en la última década. ©ACNUR/Colin Delfosse

La población refugiada sudanesa se enfrenta a riesgos climáticos y de seguridad

TEl actual conflicto en Sudán ha desplazado a más de 11,5 millones de personas hasta principios de noviembre de 2024, incluidos más de 2 millones de personas acogidas en países vecinos, de las cuales más de 700.000 se encuentran en Chad, uno de los países más vulnerables del mundo al cambio climático.

Al este de Chad, donde se encuentran muchas personas refugiadas, las lluvias torrenciales y las inundaciones destruyen habitualmente alojamientos e infraestructuras básicas, y contaminan el agua dulce. Combinados con los riesgos de seguridad a los que se enfrenta la población por los grupos armados a lo largo de la frontera entre Sudán y Chad, y el limitado apoyo humanitario, los efectos del cambio climático están exacerbando las ya duras condiciones de vida.

Personas refugiadas sudanesas recién llegadas se resguardan de las fuertes lluvias en un asentamiento del este de Chad, cerca de la frontera con Sudán. ©ACNUR/Jutta Seidel

El cambio climático obstaculiza las soluciones a largo plazo

Los efectos del cambio climático traspasan fronteras y pueden atrapar a los refugiados en ciclos de desplazamiento prolongado, impidiéndoles regresar a sus hogares en condiciones de seguridad o integrarse en sus comunidades de acogida.

La sequía forzó a Fathi Mohamed Ali, de 35 años, a huir de su casa y emprender un viaje de 15 días con sus hijos para llegar al campamento de desplazados internos de Kabasa, en Dollow, Somalia. ©ACNUR/Nabil Narch

La sequía trunca las esperanzas de retorno

Tras una devastadora sequía en la zona árida del Cuerno de África entre finales de 2020 y principios de 2023, gran parte de la región se vio afectada por fuertes lluvias e inundaciones en 2023 y principios de 2024. En Somalia, los peligros naturales fueron señalados con más frecuencia que el conflicto y la inseguridad como motivo de los desplazamientos internos. Solo en 2022, más de 600.000 personas fueron desplazadas por conflictos violentos, mientras que aproximadamente 1,3 millones de personas se vieron desplazadas internas debido a la sequía, la cifra más alta en más de una década.

Número de personas desplazadas internas a causa de la sequía (2022)
1.00010.000100.000300.000

Shamsa Amin Ali, de 38 años, huyó del sur de Somalia en marzo de 2022 después de que sus cosechas y su ganado murieran durante la prolongada sequía. En años anteriores, y a pesar del largo conflicto de Somalia, Shamsa había hecho frente a las sequías esporádicas trasladándose a una ciudad cercana y regresando a las tierras de su familia cuando se reanudaban las lluvias. Pero después de que las lluvias escasearan durante cinco temporadas seguidas, emprendió un viaje de ocho días a los campamentos de Dadaab, en Kenia, con su madre de 82 años, sus hijos y su familia ampliada. “No había nada para alimentar a mis hijos. Lloraban, lloraban y lloraban”, relató.

Al principio, Shamsa esperaba que su estancia en Dadaab fuera temporal. Pero las previsiones de una sexta temporada de lluvias fallida acabaron con cualquier esperanza de regresar a casa. “No puedo volver a Somalia porque los problemas siguen ahí”, señaló. “La sequía sigue ahí. Mi granja, mis animales e incluso mi casa han sido destruidos, así que no hay nada por lo cual volver”.

Shamsa Amin Ali llegó al campamento de Dadaab, en Kenia, en marzo de 2022, después de que la prolongada sequía la forzara a abandonar las tierras de su familia en Somalia y cualquier esperanza de regresar. ©ACNUR/Charity Nzomo

Soluciones sostenibles

Las soluciones para mitigar los efectos cada vez más negativos del cambio climático sobre los desplazamientos forzados están a nuestro alcance, pero exigen actuar en múltiples frentes.

Incluir a las comunidades desplazadas

Las personas desplazadas se encuentran entre las más expuestas y vulnerables a los efectos del cambio climático y, sin embargo, rara vez se les consulta o se les da un lugar en la mesa a la hora de diseñar estrategias y políticas. Solo 24 de los 60 Planes Nacionales de Adaptación (PNA) y 25 de las 166 Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) incluyen disposiciones concretas sobre el desplazamiento en el contexto del cambio climático y los desastres. De la misma manera, solo siete de las 31 estrategias regionales para la reducción del riesgo de desastres (RRD) hacen referencia al desplazamiento.

Incluir los puntos de vista y las experiencias vividas por las personas desplazadas puede mejorar las políticas diseñadas para protegerlas y ayudarlas a adaptarse.

La juventud rohingya participa en los campamentos de refugiados de Bangladesh

Antes de que Mohammed Anower y sus amigos se pusieran a trabajar, el arroyo que pasaba junto al alojamiento de su familia en el asentamiento de refugiados de Kutupalong era un fétido río de residuos. Con las lluvias monzónicas, se desbordaba rápidamente, contribuyendo a las inundaciones y corrimientos de tierra que asolan este extenso campamento, situado en una zona de Bangladesh propensa a tormentas tropicales cada vez más frecuentes e intensas. Anower pertenece a uno de los muchos grupos de jóvenes del campamento que diseñan y ejecutan proyectos para combatir la contaminación y concienciar sobre el cambio climático. Se encargaron de drenar el arroyo de residuos, y plantaron árboles y hierbas autóctonos a lo largo de sus orillas. Los resultados no solo redujeron las inundaciones, sino que crearon un entorno más limpio y saludable, y más espacio público.

“Es esencial que las personas refugiadas se unan en cuestiones climáticas”, afirmó Anower. “Todos tenemos que trabajar colectivamente para mitigar el impacto del cambio climático”.

Trabajadores retiran basura de un arroyo en el asentamiento de refugiados de Kutupalong como parte de una iniciativa encabezada por Mohammed Anower y su grupo de jóvenes.

Trabajadores retiran basura de un arroyo en el asentamiento de refugiados de Kutupalong como parte de una iniciativa encabezada por Mohammed Anower y su grupo de jóvenes. ©ACNUR/Susan Hopper

Incluir a las personas desplazadas en los esfuerzos de conservación

En la ciudad costera de Turbo, Colombia, el grupo comunitario “Guardianes del Mangle” trabaja para restaurar los frondosos árboles que crecen a lo largo de la costa, formando una barrera natural entre la tierra y el mar. A lo largo de los años, gran parte del manglar local se ha perdido debido a la deforestación, la contaminación y el desarrollo costero.

Entre los Guardianes hay pescadores locales cuyos medios de vida se han visto afectado por la pérdida de los manglares, así como personas desplazadas por conflictos armados. Trabajan juntos para plantar árboles y limpiar la zona entre la marea baja y alta donde crecen los manglares. Su trabajo ha ayudado a mejorar el flujo de agua, reducir la contaminación y crear un ecosistema más sano. El proyecto cuenta con el apoyo del Fondo de Innovación para el Medio Ambiente y la Acción Climática de ACNUR.

Diana Colón, líder comunitaria y miembro de los Guardianes, afirma que la idea ha prosperado: “Hoy podemos ver que la concienciación ha crecido. Nuestras calles y barrios están más limpios y hay más personas deseosas de participar”.

“Los Guardianes del Mangle” trabajan para restaurar el manglar local en Turbo, Colombia.

“Los Guardianes del Mangle” trabajan para restaurar el manglar local en Turbo, Colombia. ©ACNUR/Marina Calderón

Cerrar brechas en la financiación climática

Las comunidades menos responsables de las emisiones de carbono son las que están pagando el precio más alto, y los miles de millones de dólares de financiación contra el cambio climático disponibles en todo el mundo no están llegando a las personas desplazadas ni a las comunidades que las acogen. Las brechas en la financiación de la lucha contra el cambio climático son enormes: el 90 por ciento de la financiación climática se destina a países de renta media y con altas emisiones. Los Estados extremadamente frágiles reciben solo 2 dólares estadounidenses por persona en financiación anual per cápita para la adaptación, frente a los 161 dólares estadounidenses por persona de los Estados no frágiles. Esto deja a las personas desplazadas y a las comunidades que las acogen con menos posibilidades de adaptarse a los crecientes retos del cambio climático.

Hay una necesidad urgente de más inversión en entornos frágiles y afectados por conflictos, incluso mediante el apoyo a proyectos diseñados y ejecutados por organizaciones dirigidas por refugiados.

Financiación global promedio per cápita por clasificación de fragilidad de los países (2014-2021)
Las inversiones en energía solar llevan energía sostenible a los campamentos de refugiados en Jordania

Con financiación del Fondo Saudí para el Desarrollo, la Fundación IKEA y el Banco Alemán de Desarrollo KfW, ACNUR construyó en 2017 plantas solares en los dos mayores campamentos de refugiados de Jordania: Za’atari y Azraq, que albergan a cerca de 120.000 personas refugiadas sirias. Redujeron la necesidad de electricidad de la red nacional en un 70 por ciento y suministraron energía a los campamentos para los hogares y negocios de la población refugiada. El año pasado, ACNUR, junto con sus socios alemanes, negoció un acuerdo multilateral para llevar más energía renovable a los campamentos y cubrir el 30 por ciento restante de las necesidades de electricidad. El Green Deal para Jordania utiliza la energía de una planta solar al sur de la capital jordana, Ammán, para abastecer a Za’atari y Azraq. Los dos campamentos funcionan ahora casi exclusivamente con energía solar, lo que reduce las emisiones de carbono en unas 15.000 toneladas al año y permite a los hogares refugiados utilizar electrodomésticos básicos, como ventiladores y calefactores, de forma respetuosa con el medio ambiente.

Planta solar del campamento jordano de Azraq

Planta solar del campamento jordano de Azraq. ©ACNUR/Osama Sabbah

Ofrecer protección

La mayoría de las personas que se han visto forzadas a huir por condiciones meteorológicas extremas permanecen en sus propios países, convirtiéndose en personas desplazadas internas. En estos casos, ACNUR y sus socios brindan protección y asistencia humanitaria. En los casos en que las personas se ven forzadas a huir a través de las fronteras internacionales, pueden tener derecho a protección mediante la aplicación de la legislación internacional sobre refugiados y derechos humanos.

Leer el informe completo

Todos los datos y análisis presentados se realizaron en colaboración con las siguientes organizaciones de expertos, instituciones de investigación y grupos dirigidos por refugiados: Alp Analytica; Alianza Internacional para la Biodiversidad y el CIAT (Alianza); Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional (CGIAR); Iniciativa del CGIAR sobre Fragilidad, Conflictos y Migración; Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP); Fondo Verde para el Clima (GCF); Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC); IMPACT Initiatives; Universidad Estatal de Montana; Instituto Noruego de Asuntos Internacionales (NUPI); Universidad Estatal de Oregón; YOUNGO. Un agradecimiento especial a las organizaciones dirigidas por refugiados: Community Aid Network y Dadaab Response Association.